Una fría mañana paseando por el fondo de nuestra casa, buscando algo original, llegué hasta el riacho y descubrí estos hermosos patos. De dónde habrán salido? , me pregunté... Silvestres no son, ya que parecen mansos, quizás pertenecen a algún vecino cercano. Con algo de instinto fotográfico, les tomé estas fotografías.
Realmente, yo sólo ví a los patos, pero la cámara captó esos hermosos reflejos de los árboles en el agua, que mis ojos no vieron.
Esa es la magia de la fotografía, mostrarte lo que no puedes ver con una simple e inexperta mirada...
Saluditos afectuosos...
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